"Esperanza En Medio de un Ataque de Pánico" Por Stefany Quintanilla

Eran las 7:00 pm. Iba en un autobús regresando de un día en la universidad, sin previo aviso comencé a sudar, mi respiración era superficial, sentía la falta de aire, mi corazón comenzó con taquicardia y solo quería salir de donde estaba porque algo no estaba bien conmigo. Llegue a mi casa y sin razón aparente comencé a llorar, queriendo sacar la vorágine de emociones que sentía; mi madre estaba preocupada, y mi hermano solo me decía: “Tranquila, está bien, llora.”

Así fue mi primer ataque de pánico.

A pesar de que por mi carrera sabia teóricamente lo que me podría estar pasando, por dentro era un desastre. Pensé en su momento que era un evento aislado, que tenía mucho estrés por mis evaluaciones y que esto se solucionaría luego que rindiera mis últimos exámenes, pero no fue así. Siguieron otros ataques, incluso más fuertes que el primero, y mi vida cambio. Tenía esta pesada bola de miedo, preocupación e inseguridad, que día a día me cansaba y me consumía; sentía esa carga por estar viviendo y odiaba estar cerca de las personas, no podía dormir, pasaba días donde solo dormía una hora y eso me estaba agotando físicamente.

Fui donde mi médico y, después de un tiempo, se dio un diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizado y ataques de pánico. Soy estudiante de medicina, sé que es esto, tengo la teoría en mi cabeza de todo, pero sentirlo era completamente diferente. Vivir día tras día con mis miedos, con el pánico, las inseguridades que venían y los pensamientos intrusivos recuentes, me consumía lentamente.

En mis momentos más oscuros, en esas noches donde no podía dormir, en las madrugadas con la falta de aire, con mi corazón latiendo a mas no poder y mi dolor en el pecho, recuerdo que entre lágrimas pensaba, “Dios porque a mí, eres un Dios de milagros e imposibles, y sé que puedes quitarme el miedo, que puedes llevarte esto, ¿Porque no lo haces?”

No solo lo pensé una vez, no solo ore entre lágrimas así una vez. YO solo quería que mi enfermedad quedara atrás, YO quería despertar un día y que solo fuese un mal sueño, que YO me pudiera sentir como antes. Pase meses con ese pensamiento, hasta que después de un ataque de pánico, mi hermano mayor me abrazo y me dijo muchas cosas reconfortantes, pero lo último que dijo fue, “…Si Dios ha permitido esto, es porque sabe que puedes soportarlo, y obrara para bien”.

Estaba tan sumergida en todo lo que YO quería, que se me había olvidado una gran verdad, y es que mi vida le pertenece y está en las manos de un Dios que no dejara que llevemos cargas que no podemos soportar, que no nos tentara más de lo que podamos soportar, no porque seamos una especie no descubierta de súper héroes, sino porque ÉL está conmigo, ÉL esta con cada uno de sus hijos. Que si en su soberanía ÉL lo ha permitido, ÉL cuidara de mí y de cada una de las personas que estén pasando por lo mismo o con otro problema de salud mental. ÉL controlara la situación. No dudo en el poder de Dios, en que es poderoso y podría quitarme mi ansiedad, pero también sé que si permite que pase por esto, al final habrá un propósito para su Gloria. No sé si mi proceso será corto o largo, pero no tengo duda que mi esperanza es que cada día puedo descansar en que ÉL  estará conmigo todos los días hasta el fin del mundo.

Ahora mi oración cada día al levantarme termina con: “No sé si este será un día bueno o malo con mi ansiedad, pero sé que no importa cómo me sienta, Tú estás conmigo, Tus promesas para mi vida son grandes. Siempre eres fiel, a pesar de mis dudas, a pesar a de mis miedos, y puedo estar confiada que no importa lo que pase en el día, al final de este volveré a Ti, y te daré las gracias porque un día más Tu amor y misericordia no me dejan.” 

Fresh Hope es una organización sin fines de lucro basada en la fe que permite a las personas vivir bien a pesar de su reto de salud mental.

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