“¿Es Necesario Ser Religioso para Poder Unirse a Fresh Hope?” Por Raquel Vásquez
Cuando empecé a buscar ayuda para
tratar de descubrir que me estaba sucediendo, me encontré con muchas barreras
que obstaculizaron mi camino hacia un diagnóstico adecuado y una recuperación
saludable.
Crecí en un hogar cristiano y tuve la
bendición de ver como el amor de Dios y la fe pueden hacer la diferencia en la
vida de las personas. Sin embargo, me sentía mal por no poder tener el mismo
nivel de espiritualidad (o religiosidad, según lo comprendo ahora) que tenían
otras personas. Pensaba que había algo malo en mí y, por alguna razón, no
merecía hablar con Dios, mucho menos pedir Su ayuda.
Desde mi infancia luché con
sentimientos y pensamientos de tristeza, de inferioridad, de que no encajaba en
ningún lugar. No sabía qué me sucedía porque, aunque hubo dificultades y
situaciones que influyeron en mi vida, mi infancia no fue mala. Nunca me faltó
nada, tuve amor y cuidado; no me puedo quejar. Pero algo faltaba, algo me hacía
sentir una tristeza profunda, un vacío enorme y no sabía qué era.
Recuerdo una época en la que mi nivel
de ansiedad era muy alto y decidí pedir oración y ayuda en una iglesia a la que
empecé a asistir. Cuando comenté que era lo que sentía, me dijeron
inmediatamente –y sin dudarlo– que necesitaba llegar a varias reuniones para
recibir liberación y para que un grupo de personas orara por mí; en realidad,
en otras palabras, lo que me dijeron es que necesitaba un “exorcismo”. Yo sabía
que mi vida no era ejemplar, que necesitaba trabajar en mí, y que si había
pecados y comportamientos que no eran agradables a Dios, pero también sabía que
no necesitaba un exorcismo, que había algo más. En fin, recibí tantos consejos
y opiniones, tales como los típicos “es falta de fe”, “necesitas confesar tus
pecados ocultos”, “no oras lo suficiente”, etc. Todo eso me hacía sentir aún
más inadecuada y decidía alejarme y ya no intentar encajar ni pretender que era
una buena persona y que merecía la misericordia y el perdón de Dios.
En fin, mi decisión sobre mantenerme
alejada de todo lo religioso y de las iglesias y su gente se mantuvo así por
muchos muchos años. Pero yo me seguía sintiendo muy mal. Visite tantos médicos
tratando de descubrir que me pasaba, porque la verdad es que muchos de mis
problemas eran físicos; tenía mucho dolor de cabeza, de ojos, de oídos, de
articulaciones, de cuerpo; también me enfermaba mucho de gripe, me daban
bajones de energía, me latía muy rápido o muy profundo el corazón, etc. Un
otorrino le dijo a mi mamá que dejáramos de estar llegando adonde él y que
fuéramos a un psiquiatra, que lo que estábamos haciendo era “doctor shopping”,
que dejáramos de andar de médico en médico buscando algo donde no lo íbamos a
encontrar. Un neurólogo me refirió a un grupo cristiano y a un psiquiatra; fui
a endocrinólogos, médicos internistas, y a otros, y no encontraba la ayuda que
necesitaba. Hasta que por fin decidí visitar a una psiquiatra y recibí mi
primer diagnóstico, que era depresión. Me empezaron a tratar con medicamentos y
sentí la mejoría; incluso los dolores disminuyeron notablemente. El camino no
ha sido sencillo y han habido algunos cambios (de medicamento, incluso de
diagnóstico), ya que a veces se necesita un poco de prueba y error para ir
encontrando las combinaciones adecuadas para tratar los síntomas, pero vale la
pena la inversión y el compromiso, vale la pena luchar para llegar a ese punto
de bienestar que nos permite tener una mejor calidad de vida; no solo para
nosotros, sino que para nuestros seres queridos y todos aquellos que nos rodean.
Hace unos meses tuve la peor crisis de
mi vida. Ya había tenido crisis serias antes, pero esta fue diferente y
definitiva, y termine en el hospital. Fue ahí donde una persona muy querida y
muy entregada a ayudar a los demás me comento sobre un grupo de apoyo para la
recuperación de la salud mental, que la hija de un pastor había comenzado
recientemente en la iglesia a la que ella asistía. Yo había buscado tanto algo
así, pero sin suerte, y cuando ella me comento eso, me intereso de inmediato.
Pero me sentía nerviosa porque era en una iglesia y mi nivel de cristianismo,
probablemente no era el indicado. Por suerte, ¡yo estaba muy equivocada!
Llegamos a esa reunión con mi mamá, porque el grupo no solo era para las
personas con un diagnóstico, sino que también para los seres queridos. Escuchamos
a las demás personas que estaban ahí contar lo que estaban viviendo, vimos la
respuesta entre el grupo, el interés, el cariño. Nadie daba consejos, nadie
decía “deberías hacer esto, deberías de hacer lo otro; no llores; no tienes por
qué sentirte así; hay gente que está peor que tu; tenes que ser positiva;
etc.”. ¡Wow! ¡Nos sentimos identificadas inmediatamente! Y, para mi sorpresa,
no hubo predicación, nadie trato de “convertirme”, ¡nadie me juzgó por mi nivel
básico de espiritualidad, o por no poderme todos los versículos de la Biblia!
Incluso había personas que no eran cristianas o religiosas, y eso honestamente
me impresionó.
Si hay algo que quiero compartir en
este blog es que no importa tu nivel de espiritualidad para poder pedir ayuda.
Fresh Hope ha sido creado con el mejor de los propósitos: Ofrecer un ambiente
cómodo, seguro, anónimo, sincero, para que puedas encontrar ESPERANZA,
propósito, un camino por delante, recuperación ¡y la posibilidad de vivir una
vida plena y abundante a pesar de un desafío de salud mental! También quiero
que decirte que no es necesario que pertenezcas a una religión o que tengas una
creencia específica, lo importante es tu sincero deseo de mejorar, de
recuperarte y encontrar el bienestar en tu vida; ¡eso es todo lo que necesitas!
El enfoque de Fresh Hope está basado
en la fe, ya que los principios de recuperación son basados en la palabra de
Dios, pero las reuniones no son un estudio bíblico, por lo que no vas a sentir
incomodidad. Fresh Hope proporciona un apoyo entre pares, “de igual a igual”,
basado en investigaciones clínicas comprobadas, como un puente hacia la
esperanza.
Te invito a que les des la oportunidad
a personas que han pasado por lo mismo, que “han estado ahí”, a darte la mano y
ayudarte a pasar de la desesperanza hacia la esperanza. No tenemos que luchar
solos, no tenemos que conformarnos con solo “sobrevivir” o “existir”.
¡Hay esperanza
y no tenemos por qué estar solos en esto!
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Raque... precioso testimonio que me puso la piel de gallina. Fresh Hope ha sido para muchas de nosotras el lugar que necesitábamos.
ResponderBorrar¡Gracias!
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