"¿Maldición o Herencia?" Por Eli González
Hay
una doctrina que indica que una maldición generacional está referida a las consecuencias
heredadas de pecados que cometieron nuestros antepasados. Puede manifestarse
como adicciones, enfermedades o la práctica de algún pecado específico que se
ha repetido por generaciones en la familia. Algunas iglesias hasta practican lo
que llaman ‘liberación espiritual’, para “romper”
estas maldiciones. ¿Cuántas veces me pregunté si era eso lo que yo necesitaba? Incluso,
una vez asistí a una de estas “sesiones”…
y también me prometí a mí misma jamás volver. Pero eso es harina de otro
costal.
Lucho
con un trastorno del estado del ánimo desde mi adolescencia y mi primera consulta
con un profesional fue a los 19 años, al ingresar a la universidad para estudiar
la carrera de psicología. Aprendí que los trastornos mentales son provocados
por una combinación de múltiples factores, entre ellos la genética. Aunque no
pensé mucho en eso cuando nació mi hija, justamente hace 20 años, el 19 de julio
del 2000 (el blog fue escrito el 19 de Julio 2020).
A
los 13 años, mi hija fue diagnosticada con depresión… y medicada. Años después,
fue diagnosticada con un TOC (trastorno obsesivo-compulsivo). Otra vez
medicada. A los 19 años fue diagnosticada con trastorno bipolar tipo 2.
Triplemente medicada. A los 20, recién, está siendo reevaluada y sus
medicamentos están siendo ajustados después de una crisis depresiva. Y
entonces, vengo yo y pienso en mis pecados pasados y presentes. ¿Es esto
maldición o herencia? Y justamente Dios viene y me responde: Eli,
el trastorno es un instrumento de salvación, es eso, no más.
Recordá:
“el aguijón en la carne es para que el
Señor se glorifique” (2 Corintios 12). “¿Quién
pecó, este o sus padres, para que naciera ciego? — Nadie pecó, es para que las
obras de Dios se hicieran evidentes en su vida.” (Juan 9:1-3 NVI)
La
versión en inglés “The Message” dice en el capítulo 9 de Juan, verso 3: “Estás haciendo la pregunta equivocada.
Estás buscando a quien culpar. No hay causa-efecto aquí. Buscá en cambio lo que
Dios puede hacer”. Es como si el mismo Jesús me respondiera ahora la
pregunta que me he hecho decenas de veces: “¿Yo pequé tanto para que mi hija
tuviera un trastorno como el mío?” Él dice NO.
Buscá
lo que Dios puede hacer. El trastorno es solo un instrumento de salvación.
Esa
respuesta trae alivio, a pesar del dolor en esta crisis que estamos viviendo. Esa
espina clavada en el corazón cada vez que veo a mi hija luchar con las ideas de
autoeliminación, o las autolesiones, o sus pensamientos obsesivos y conductas compulsivas.
La entiendo, y mucho, pero a veces, paradójicamente, no sé cómo ayudarla. Y en
esos momentos, voy a Jesús a repetirle las mismas preguntas. ¿No pudiste pasar
de largo de mis pecados, sino que tuviste que castigarla? Y Él, con amor, me repite por enésima vez: “No se trata de eso. El trastorno es solo un
instrumento de salvación”.
La
batalla con un trastorno psiquiátrico es agotadora. Cuando tu hija también
libra la misma batalla, eso es literalmente desalentador. Sin embargo, Fresh
Hope y sus grupos de apoyo nos han ayudado a ambas a comprender el mensaje de
Dios y a elegir, un día a la vez, la esperanza. Nos apoyamos ambas en
nuestra recuperación, empujamos a través y somos compañeras de viaje, empujando
a través. Tenemos la seguridad que podemos tener
una vida plena y abundante, tal como Jesús la ha prometido.
TU regalo proporcionará a una persona Nueva Esperanza de Dios para la vida diaria. Haz clic aquí para donar, hoy.
Fresh Hope es una organización sin fines de lucro basada en la fe que permite a las personas vivir bien a pesar de su reto de salud mental.
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