"Aceptando la Realidad de Tener un Problema de Salud Mental" Por Ruth Mixel
Hay que admitirlo – en nuestra
sociedad se vienen muchos pensamientos al oír la simple frase “problema de
salud mental”, desde palabras como “locura”, “pecado”, “demonios” y “maldición”,
sin olvidar que puede provocar en muchos, emociones como: temor, juicio,
lastima, desesperanza, duda o hasta enojo.
Por ello, es comprensible que
nos opongamos a la idea de aceptar que nosotros tenemos un problema o
enfermedad en el área de la salud mental. Lamentablemente, hay demasiada
desinformación acerca del tema así como prejuicios y controversia. Lo sé por
experiencia propia.
Antes de tener un diagnóstico,
no sabía casi nada del tema y, debido a mi formación cristiana, pensaba que la
solución a las enfermedades de la mente era únicamente una liberación
espiritual. No fue sino hasta que viví la terrible experiencia que pude
entender mucho mejor la realidad, y aceptar que tenía un problema.
No diré que fue fácil, pues en
el duelo después de perder mi salud mental, llegue a una negación profunda
de la situación. Al principio estaba muy confundida y temerosa de lo que me
llegara a pasar y quería ocultarlo a toda costa, pues me avergonzaba. Luego,
llegue a pensar que mi problema era algo pasajero, que podía dejar de
tomar la medicación que tanto me había ayudado y continuar con mi vida
“normal”, pero esta necedad no trajo más que recaídas en mi recuperación; sin
embargo doy gracias a Dios que me dijo y enseñó a través de una consejera y
amiga esta palabra: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,
para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2 Corintios 12:9).
Con el tiempo y la ayuda de
Dios podemos comenzar a dar pasos hacia la completa aceptación de que tenemos
un problema y somos débiles. Yo comencé compartiendo lo que me había ocurrido a
mis amigos más cercanos. Claro que también fue difícil al inicio, pues aún
me dolía demasiado, pero mientras más pasaba el tiempo y Dios con su
gracia me fortalecía, guiaba y consolaba, más sencillo se me hizo el
compartirlo a otros.
Tenemos que saber también que
Dios puede transformar la tragedia en bendición y lo vemos en casos bíblicos,
tales como José, hijo de Jacob, Job en su gran sufrimiento y Rut, la moabita.
También lo dice Rick Warren en su libro “Una Vida con Propósito”, muchas
veces el área en la que hemos sufrido más y Dios ha tratado más en nuestra
vida, es en la que más podremos dar fruto y ser de bendición a otros después de
haber alcanzado la estabilidad.
Por lo que es posible que el
Señor ponga personas en nuestro camino que han padecido situaciones similares a
la nuestra, y es de gran bendición cuando alguien que ha pasado por lo mismo
que tú entiende y comparte tu dolor, ese será un paso más del proceso para
aceptar lo vivido y encontrar propósito y significado en nuestro dolor.
Finalmente, quisiera decir que
mientras más pronto se acepte un problema de salud mental, más pronto se
buscara ayuda, se darán pasos contundentes para mejorar y se logrará finalmente
la recuperación y superación de la enfermedad. El primer principio de
recuperación de Fresh Hope habla sobre esto, y estoy segura de que como a mí,
te será de gran bendición.
TU regalo proporcionará a una persona Nueva Esperanza de Dios para la vida diaria. Haz clic aquí para donar, hoy.
Fresh Hope es una organización sin fines de lucro basada en la fe que permite a las personas vivir bien a pesar de su reto de salud mental.
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