"El Peor Consejo que Puedas Recibir sobre la Enfermedad Mental" Por Katie Dale
Me recosté alerta y sudando, aferrándome a alguna semblanza de razón y
paz cuando esas voces ásperas cantaron en mi cabeza todas a la vez, repitiendo
el nombre de mi Salvador. La noche en que cambié los medicamentos
psicotrópicos, terminando uno, subiendo otro, culminó en una inquieta batalla
por mi cordura. Los efectos resultantes debilitaron mi mente en un completo
ataque de ansiedad y ruptura con la realidad. Parecía como si el médico
recomendara un rápido cambio de un medicamento a otro.
—Probablemente una de las
noches más oscuras de mi alma.
Cuando hace su trabajo, la medicina es algo milagroso.
Y "cuando" es un
factor tan impredecible.
Así que la prueba y error es
lo que marca el camino en estos días. Con lo avanzada que está nuestra sociedad
del primer mundo hoy en día, nuestra tecnología y farmacología aún no ha
llegado al siguiente nivel de la ciencia del cerebro. Tras haber sido
diagnosticada con trastorno bipolar durante los últimos 15 años, mi medicación
ha sido un viaje para encontrar la estabilidad. Puedo garantizarles que, en
comparación con mi trastorno bipolar, la medicación ha sido un regalo de Dios.
Es por eso me entristece, me frustra y me enoja cuando se engaña a la
gente para que crea que la medicación es mala.
Como en cualquier viaje de
descubrimiento y revelación, el riesgo es un hecho. ¿Qué les digo a los que
piensan que los medicamentos son un desperdicio de dinero, que piensan que los
productos farmacéuticos te hacen adicto a las píldoras? No dejes que las voces
estridentes sean las únicas que hablen.
A ellos les digo, miren mi
habilidad para vivir la vida. Antes de que tuviera medicamentos, estaba
enferma. Mi cerebro fallaba y mi realidad estaba distorsionada. Con mi
medicamento, me va mejor que nunca.
Así que no creas a los que
ignorantemente afirman que la medicina es del diablo, o que es una respuesta
mundana a la guerra espiritual, o que los productos farmacéuticos solamente
andan tras tu dinero.
Por favor, no cometas el mismo error que yo y suspendas la medicación,
si tienes un trastorno del estado de ánimo.
Este es el peor consejo que
alguien podría recibir respecto a una enfermedad mental.
Escucha a tu médico, escucha a
tu cuerpo y a tu mente.
Y sigue tus instintos.
Si te han diagnosticado un
trastorno del estado de ánimo, cuídate.
Toma tu medicina.
Si no funciona o tiene efectos
secundarios negativos adicionales, consulta con tu médico. Hay generaciones de
medicinas que se ofrecen ahora, hay más variedad que nunca antes. Hay efectos
secundarios que vienen con muchos medicamentos, pero no sabrás cómo responderás
al medicamento hasta que lo pruebes. La química cerebral de cada persona es
diferente. La de todos. No hay dos personas que respondan exactamente de la
misma manera al mismo medicamento. Tipo de dosis y cantidad, genérico y de
fórmula, hay tantas maneras en que cada uno de nuestros cerebros reacciona a
los medicamentos.
Además, es común pensar
inicialmente que uno sólo tiene que "orar" por su enfermedad mental.
No me malinterpreten, hay poder en la oración. Sin embargo, la medicación puede
ser una respuesta a la oración. Lo ha sido para mí. Lo ha sido para muchos.
Puedes dar crédito a la oración cuando intentas superar una depresión sin
medicamentos y Dios te libera. Si Él trabaja de esa manera en tu vida, hazlo.
Pero no descartes los posibles beneficios, y en las enfermedades mentales
severas, el tratamiento recomendado de medicamentos, que son usados a propósito
para darnos alivio y un balance adecuado de la actividad cerebral.
Ese es el mejor consejo que
puedo dar sobre la enfermedad mental.
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