"Cómo Golpear a Tu Depresión en la Cara" Por Lindsay Hausch
Me
encanta escribir. Me encanta el sonido de las teclas bajo mis dedos, el tacto
de los cuadrados pegajosos de mi teclado azul marino. Me encanta el cursor en
movimiento, y el aroma de la vela de calabaza que enciendo cada vez que
escribo. El café sabe mejor cuando escribo. Y el silencio. ¡Cómo me encanta el
silencio!
La
ansiedad y la depresión pueden tratar de engañarme para que deje de escribir.
Me dicen que es una pérdida de tiempo y algo frívolo. Mi mente ansiosa me dice
que mis palabras no valen nada, y mi depresión me dice que no tengo suficiente
energía. Voces en mi cabeza resuenan detrás de mi concentración, clamando por
mi atención, para distraerme y detenerme. Si escucho puedo creer la mentira de
que escribir es perezoso, y que debería estar haciendo otras cosas, o que no es
un esfuerzo que valga la pena. Puedo dejar que estas voces me roben el disfrute
de una de mis cosas favoritas en el mundo.
Puede
que no seas escritor, pero creo que hay algo que te gusta tanto como escribir.
Tal vez sea bailar, correr, pintar, hacer reír a la gente, cocinar, arreglar
cosas viejas, caminar en la naturaleza, o sentarte en meditación silenciosa. No
dejes que tu ansiedad o depresión te robe esto. Lo necesitas para restaurar lo
que tus monstruos intentan robarte. Lo necesitas para encontrar tu alegría y la
canción de tu corazón. Lo necesitas para desenredar los nudos de tu alma
confundida y cansada.
Pienso
en esos niños que tallan “Yo estuve aquí” en un baño, o en una mesa, o en la
ladera de una montaña, como si estar allí fuera suficiente. Creemos que tenemos
que ser algo, probar algo o hacer algo, cuando a veces la prueba de la vida es
todo lo que necesitamos. Y como una madre le pregunta a su hijo al final de un
día completo, “¿Te divertiste?” Tal vez debamos preguntarnos eso. Y si la
respuesta es sí, tómalo como un trabajo bien hecho. Cuando puedes mirar tu
depresión a los ojos y decir, “Viví hoy, ¿qué puedes decir a eso?” entonces
estás luchando la buena batalla, y recuperando tu pasión.
A
veces puedes hacer lo que una vez amaste y no encontrar ningún placer en ello.
Te reto a que te muevas hasta que tu cuerpo encuentre el viejo ritmo.
Y
al final del día, después de que hagas esa cosa que amas, y luches por
redescubrir la alegría en ella, susurra una oración. Porque la oración es la
mayor prueba de vida que existe. Es un puñetazo en la cara de tus mayores
miedos, y de la peor depresión. A medida que vayas leyendo las palabras,
lentamente encontrarás tu pasión de nuevo, y Dios calladamente grabará en tu
corazón “Estoy aquí”.
Fresh Hope es una organización sin fines de lucro basada en la fe que permite a las personas vivir bien a pesar de su reto de salud mental.
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