"La Perfección Versus el Progreso Imperfecto" Por Brad Hoefs
Mientras esperaba
para pesarme en una reunión de Weight Watchers hace muchos años, la mujer que
estaba delante de mí se subió a la báscula y empezó a llorar. El líder, que era
la persona que la pesaba, le preguntó por qué lloraba. Entre sollozos, y
tratando de recuperar el aliento, dijo que no había tenido una buena semana. El
líder, por supuesto, le preguntó por qué. Y ella respondió que había comido
algunos chocolates M&Ms con maní. El líder le hizo una pregunta muy
importante: “¿Comiste tantos como los que habrías consumido antes de venir a
nuestro grupo?” Y la mujer, entre lágrimas y sollozos, se río y dijo: “¡Ohhhh,
NO! Sólo me comí una pequeña bolsa de ellos. ¡Antes del grupo me habría comido una
enorme bolsa tamaño familiar!” El líder simplemente la miró y dijo: “¡Bien!
¡Ves, eso es progreso!”
El recuerdo de esa dama pesándose ha
quedado grabado para siempre en mi mente. Fue en ese momento que aprendí una
lección de vida sobre la recuperación; la recuperación no es sobre la
perfección, sino sobre el progreso imperfecto.
Si eres como yo,
cuando vuelves a los viejos patrones o cuando una situación te ha detonado y
reaccionas de la manera antigua, puedes creer fácilmente que has fracasado en
la recuperación. Y cuando esto sucede y los viejos sentimientos vuelven como si
alguien hubiera desatado la presa Hoover: culpa, vergüenza, ira, tristeza,
confusión, dolor y mucho más. Y el sentimiento predominante es el de un fracaso
total. Pero, la verdad es que no es un fracaso total. Es un progreso imperfecto
si lo reconoces y aprendes de él. Ves, sólo es un fracaso si no aprendes de él y
si no lo reconoces. Sólo es un fracaso si decides no recuperarte y permanecer “ahí”.
Una vez más, este “viaje
de bienestar” no es un viaje de perfección. Es un viaje de progreso imperfecto.
Para hacer este viaje, tú y yo debemos estar dispuestos a aceptar el hecho de
que nunca vamos a ser perfectos. Nadie es perfecto. La recuperación, a la que
defino como retomar la vida de una nueva manera, se construye sobre los
fracasos en los que aprendemos de ellos, nos levantamos y continuamos
avanzando. Avergonzarnos y creer que un fracaso nos constituye como fracasos
completos simplemente es una mentira que viene directamente de las fosas del
infierno. Todo el mundo falla. Todo el mundo se queda corto. ¿Qué diferencia
hay entre los que deciden rendirse y creen la mentira de que son un fracaso
total versus los que tienen éxito? Es simple; entender que avanzar es un
progreso imperfecto versus la perfección.
Nota: nunca es
demasiado tarde para volver a levantarse y desempolvarse después de haber
fracasado, incluso después de años de fracasos. No importa cuánto tiempo hayas
estado atascado creyendo la mentira de que nunca serás capaz de cambiar o
avanzar, no es demasiado tarde para volver a levantarte, desempolvarte,
aprender de lo que ha pasado y empezar a avanzar. NUNCA es demasiado tarde. Al
volver a levantarte, es importante que asumas toda la responsabilidad de tus
problemas. Hacer enmiendas si es necesario y decidir aprender de ello.
Cuando los fracasos
involucran a otros con los que tenemos una relación, puede ser difícil salir
del “punto de atascamiento” de creer la mentira de no poder avanzar cuando la
otra persona no lo deja ir. Este tipo de situación es muy desafiante. Cuando
alguien está “atascado” y no deja ir el pasado puede ser un detonante para ti. Es en ese
momento cuando tienes que saber que has hecho lo que has podido con el pasado
(reconciliarte, asumir la responsabilidad, pedir perdón, etc.), y tienes que
reconocer que ya no es tu problema, sino el de ellos. Estoy aprendiendo que
cuando esto sucede en mis relaciones con los demás, debo tener una respuesta
amorosa a sus recordatorios del pasado en lugar de sentirme provocado y repetir
las mismas cosas una y otra vez.
Quiero animarte. No
eres un fracaso. Sí, a veces fracasas. Como todos los demás. Pero, fallar no te
convierte en un fracaso. El fracaso es una señal de que se avanza y se aprende
de ello. El bienestar no requiere perfección en absoluto. Está compuesto de un
progreso imperfecto que es simplemente manejar los propios fracasos de una
manera sana y apropiada.
¿Y qué hay de ti?
¿Quieres rendirte porque has “fallado”? ¿Quieres rendirte porque este viaje de bienestar
es un trabajo duro? ¿Estás aprendiendo de tu progreso imperfecto?
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