"Consejos de un Rey para Manejar la Depresión" Por Rick Qualls
No
estás solo en tu lucha contra la depresión.
Incluso
David, el pastorcillo que se convirtió en el gran rey de Israel, luchó contra
la depresión.
En
el Salmo 37, David nos enseña cómo manejar la depresión.
David
practica el trato con sus enemigos con la herramienta espiritual de la
mansedumbre. La mansedumbre no es debilidad. La mansedumbre es la fuerza bajo
control. Aquí hay algunas maneras en que podemos usar la mansedumbre para
controlar la depresión.
¿Cuál
era el enemigo de David? No estamos seguros, pero nuestro enemigo es la
depresión. Te encontrarás con aquellos que dicen cosas poco amables. A la
mansedumbre no le preocupan las personas que hacen comentarios hirientes o que
simplemente no entienden el camino que recorres en la depresión. El Salmo 37:1
dice: “No te impacientes a causa de los malignos, ni envidies a los que
cometen injusticias”. No te preocupes demasiado por los que dicen
comentarios hirientes. Muchos lo hacen por ignorancia.
Hay
poder en dejar ir los comentarios hirientes. Muchos no entienden la depresión,
pero creen que sí, y dan consejos que no son útiles.
La
mansedumbre pone la confianza en Dios. La temporada de depresión terminará. La
mansedumbre practica día a día las cosas que podemos hacer para controlar
nuestros síntomas y confiar en Dios con las cosas que no podemos. “Porque como
hierba [la depresión, tu enemigo] serán pronto cortados, y como
la hierba verde se secarán.” (Salmos 37:2) Habrá un momento en que este
episodio de depresión se aliviará. Imagina cómo será cuando se levante.
La
mansedumbre llena la mente con palabras positivas de Dios. Las promesas de Dios
combaten el diálogo interno negativo. Las cintas de nuestra mente tienen frases
que usamos una y otra vez. Frases como, “Estoy roto”. “No hay esperanza”. “No
tengo nada que dar”. Infecta nuestra mente con la desesperanza.
En
su lugar, sigue el consejo de David en Salmos 37:5-6, “Encomienda a Jehová tu
camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu
derecho como el mediodía." Repite las promesas de Dios en tu mente para
contrarrestar la rumia negativa.
La
mansedumbre busca un corazón tranquilo. Aprende a estar quieto ante el Señor, a
guardar silencio en su presencia. “Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él.”
(Salmos 37:7)
Para
mí, la práctica de la oración contemplativa fue un salvavidas durante un
episodio de depresión profunda. Aprendiendo a calmar mi corazón, pude sentir la
gracia de Dios abrumándome y aliviando el momento oscuro. Estar quieto ante el
Señor toma tiempo para aprender, pero puede ser útil para ti.
Con
la mansedumbre, no dejes que tu ira tome el control. A veces la ira es un
método de afrontamiento, un resultado natural de la depresión. Algunos han
definido la depresión como “la ira tornada hacia adentro”. El Salmo 37:8 dice: “Deja
la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo
malo”.
Y
no pierdas la promesa, “Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con
abundancia de paz”.
Que
la práctica de la mansedumbre te traiga paz, amigo mío.
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