“La Palabra está escrita en mí” — Un significado profundo
- Por: Silvia Cardona Sicard
1. Desde lo espiritual: una verdad que habita el corazón
La Biblia enseña que Dios no escribe Su verdad solo en
libros, sino en la mente y en el corazón de sus hijos.
“Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su
corazón.” — Hebreos 8:10
Esto significa que la presencia y la verdad de Dios ya están
dentro de ti. No necesitas sentir calor, fuego, paz o lágrimas para que Él sea
real.
Su Palabra vive en ti cada vez que eliges hacer lo correcto incluso sin
ganas.
La fe no siempre se siente, pero siempre está sembrada. El
Espíritu Santo se encarga de hacerla florecer cuando más la necesitas.
2. Desde lo psicológico: reescribir la historia interna
Decir, que algo está “escrito en mí” también significa que
se ha hecho parte de mi identidad. Quizá creciste escuchando frases que te
hirieron: “no vales”, “no eres suficiente”, “siempre fallas”.
Esas palabras se escribieron en la mente emocional. Pero
Dios, con Su verdad, comienza a reescribir esa historia:
“Eres Mi hij@ amada.”
“Mi deleite está en ti.”
“Eres obra de mis manos.”
Cuando eliges creer la Palabra, permites que esa verdad se
convierta en tu nuevo sistema interno.
No sé si exista este término, pero yo lo llamaría neuro
plasticidad espiritual: el alma aprendiendo a vivir desde un nuevo lugar.
3. Ejercicio para sentir que la Palabra vive en ti
Ejercicio: “La Palabra en mi corazón”
- Cierra
los ojos y lleva las manos al pecho.
- Repite
despacio:
“Tu Palabra está escrita en mí.
Aunque no lo sienta, Tú estás aquí.
Tu verdad me habita, me sostiene y me transforma.” - Guarda
silencio unos segundos, dejando que el corazón imprima esa paz.
Esta práctica une fe y cerebro, alma y cuerpo, permitiendo
que la verdad de Dios entre en los lugares donde antes reinaba el miedo.
Retén esta promesa:
‘Pondré mis leyes en su mente, y las escribiré en su
corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.’ —Hebreos 8:10
Dios no te ha olvidado. Su verdad está viva dentro de ti. Aunque
no la sientas, no se ha borrado. Solo
necesita ser recordada.
Autor: Silvia Cardona Sicard

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