"¿ Si no estoy roto/a, sino en proceso ? Entendiéndome sin juzgarme" por: Silvia Cardona Sicard



Hay momentos en los que la vida se siente más pesada.

No necesariamente es una tristeza profunda ni una tormenta por dentro… a veces es solo una pausa inesperada, una sensibilidad que surge sin explicación. Y ahí, justo ahí, es donde muchas veces nos juzgamos:


“¿Por qué tengo este sentimiento?  ¿Será que algo está mal en mí?”

Pero ¿si ese sentimiento no es señal de debilidad, sino una invitación al crecimiento?


¿Y si no estoy roto/a, sino en proceso?


Estar en proceso también es avanzar

Creemos que estar bien es no sentir nada incómodo. Pero la verdad es que cada emoción tiene algo que enseñarnos, incluso las más retadoras. No estás retrocediendo solo porque tienes días más lentos, tal vez estás tomando impulso. Tal vez estás escuchando por fin lo que en tu espíritu se ha estado susurrando hace tiempo.


Aceptar nuestras emociones no significa quedarnos atrapados en ellas, sino reconocerlas como señales en el camino que debemos atender. Y eso, también es avanzar.


Me debo ternura

Uno de los mayores actos de amor propio es dejar de exigirnos perfección emocional y empezar a tratarnos con ternura. Porque no estás fallando por sentirte vulnerable, estás siendo honesto contigo. 


Y en esa honestidad comienza la verdadera sanación en el proceso, dejemos que Dios nos atraiga a Él con su divina ternura (Oseas 11:4).


Dios no me abandona cuando estoy confundido/a

Personalmente, cuando me siento desconectada o sensible, me obligo a recordar que Dios no me ama menos en esos momentos. Al contrario: su presencia se hace más real cuando dejo de aparentar y simplemente soy. 


A Él no lo puedo engañar, pero tampoco me pide que lo tenga todo claro, solo pide que me acerque, aún con dudas y todas esas emociones a flor de piel.


Ten claro que Él camina contigo en este proceso, porque Él ha prometido estar siempre presente. (Mateo 28:20)


Estás en proceso, y eso es hermoso 

Tal vez al principio duela, y mientras caminas puede que no veas con claridad la calidad de la semilla que se está sembrando en ti.


Pero en el silencio, cuando veas salir los frutos, darás gloria a Dios, porque te darás cuenta de que en sí, en ese proceso estabas avanzando.

 

Cada día trae una nueva posibilidad de crecer con más conciencia, con más amor y con más fe.


Hoy te quiero proponer un ejercicio:

¿Qué emoción estará pidiendo ser escuchada hoy?

¿Qué pasaría si la recibo con compasión en lugar de juicio?

¿Qué parte de mí necesita una palabra amable, no una censura?

Escribe, ora, respira. 


Recuerda:

No estás roto/a, estás en proceso y ese proceso vale la pena.



Autora Silvia Cardona Sicard


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Algunas cosas que debes saber acerca de los Cristianos que luchan con la Ansiedad (Por Adam Ford, The Babylon Bee)

"Es la Enfermedad Mental de hecho Bíblica?" Por Stephen Altrogge (The Blazing Center)

"El Bienestar Ocurre Cuando «Yo» Se Convierte En «Nosotros»" Por Brad Hoefs