“Usando la Resiliencia y el Pensamiento Positivo como Antídotos de la Autocompasión” Por Brad Hoefs

Puedes vivir bien a pesar del trastorno bipolar si te “desenganchas” de las garras de la autocompasión.


Hace unos años, mi esposa y yo fuimos a la reunión número 40 de mi clase de secundaria. No había visto a muchos de mis compañeros de clase desde la graduación, así que pueden imaginar lo extraño que fue verlos después de tantos años. Afortunadamente, los encargados del evento nos dieron unas etiquetas, no solo con nuestro nombre, sino que también con una foto de nuestro último curso — ¡y eso nos ayudó tanto!

Me encontré reflexionando toda la noche sobre lo rápido que va la vida y cómo la vida de nadie resulta necesariamente como se pensaba. Cuando no has visto a alguien durante 40 años, es fácil ver el precio que la vida ha cobrado por su apariencia física. Por supuesto, todos hemos envejecido (algunos mejor que otros), y nuestras trayectorias han sido muy diferentes. Pero, parece que aunque las trayectorias han sido muy diferentes, hay un hilo común que la vida teje a través del viaje de cada persona. Ese hilo está hecho de alegría, felicidad, decepción, dolor, miedo, quebrantamiento, pena, esperanza, éxito, fracaso, sueños vividos y muchos sueños perdidos. Pude ver en los ojos de mis compañeros que las decepciones y las rupturas habían pasado factura. Vivir la vida puede quitarte la vida.

Entonces, ¿por qué comparto esto contigo? Después de todo, se supone que esto es un blog sobre el trastorno bipolar. Por eso lo comparto: la vida trae consigo muchas decepciones, dolor y quebrantamiento. Es parte de la condición humana. Y la vida sigue adelante, estés o no atrapado en esas cosas. Verás, creo que tú y yo podemos fácilmente entrar en la mentalidad de que tener un trastorno bipolar “arruina” tu vida, y podemos empezar a pensar que no podemos avanzar en la vida y disfrutarla. La verdad es que todo el mundo se enfrenta a algo en la vida. Vivir puede absorber rápidamente la vida de cualquiera. El trastorno bipolar es sólo uno de los muchos obstáculos que se encuentran en esta “cosa” que llamamos vida.

Es fácil empezar a concentrarse tanto en nosotros mismos, y en lo “difícil” que es para nosotros, que la autocompasión puede empezar a entrar en nuestras creencias. Y mientras nos quedamos atascados en el dolor y el quebrantamiento del trastorno bipolar, la vida continúa. La vida no se detiene, y para mí, la vida es tan, pero TAN corta como para quedarme tan atascado en la autocompasión o atascado en la creencia de que ahora la vida se ha “acabado” por tener un trastorno bipolar. Sí, el trastorno bipolar puede “apestar”. Sí, el trastorno bipolar puede obstaculizar la vida de uno y alterar el curso de lo que esperábamos que fuera la vida. Sí, el trastorno bipolar es una “cruz que hay que llevar” en la vida. Pero, para que no lo olvidemos, hay muchas otras cruces en la vida que son igual de difíciles, y algunas incluso más trágicas y dolorosas de soportar. Para mí, ha sido imperativo recordar esto. Recordar ayuda a mantener a raya mi autocompasión.

Pasé siete largos años atrapado en mi dolor y en mi quebrantamiento después del episodio maníaco que provocó el colapso de mi vida. La autocompasión fue parte de esos siete años. Estaba atrapado en ello. Sentí como si me hubieran robado la vida. Pero en realidad era estar atrapado y sentir lástima por mí mismo lo que me estaba robando la vida, ¡no el trastorno bipolar! Y no me desatasqué hasta que me harté de sentir lástima de mí mismo y de creer que mi vida había terminado.

Así que decidí que iba a vivir bien a pesar de tener un trastorno bipolar. Esas tres pequeñas palabras, “a pesar de”, son el mantra de mi recuperación.  Para poder desengancharme, hice tres cosas:

1.  Cambié mi forma de pensar, tomando el control sobre lo que estaba pensando. No me permití volver a repetir el dolor y el quebrantamiento continuamente.  En vez de eso, empecé a pensar en cómo el dolor y el quebrantamiento podrían impulsarme a vivir bien. (¡Esto fue lo más difícil que tuve que hacer en la recuperación!)

2.  Me fije metas razonables y alcanzables que me impulsaran continuamente a vivir bien la vida.  Me aferré a los objetivos y cuando los alcancé, me fijé otros nuevos. El fracaso no era una opción. Sí, hubo fracasos y reveses, pero elegí ver estos fracasos y reveses como oportunidades de aprendizaje para vivir bien.

3.  Empecé a ayudar a otros con problemas de salud mental y me desenfoqué de mí mismo. Cuando empecé a concentrarme en ayudar a los demás, volví a encontrar mi pasión; había un propósito para todo el dolor que había experimentado.

Esto es lo que sé sobre la vida y de cómo la gente la vive, basado no sólo en mi vida sino también después de haber pastoreado durante los últimos 30 años: todo el mundo tiene “cosas”.

Todo el mundo tiene dolor. Todos tienen tragedias y pérdidas en sus vidas. El dolor es dolor. Ya sea la pérdida de un hijo, el cáncer, el colapso financiero, el divorcio o el trastorno bipolar: o lo superas, o te quedas atascado en él. (Por cierto, si esta publicación del blog te está “molestando”, entonces lo más probable es que estés atrapado en tu dolor). Como dicen, la vida es un 10% lo que te pasa y un 90% cómo reaccionas ante ello.

Entonces, ¿cómo estás respondiendo a las cosas que la vida te está lanzando? ¿Cómo estás reaccionando al tener un trastorno bipolar? ¿Estás viviendo bien a pesar de tener un trastorno bipolar? Si no es así, ¿por qué no?


Brad Hoefs

Brad Hoefs es el fundador de Fresh Hope, una red nacional de grupos de apoyo entre pares, con base en la fe, para quienes tienen problemas de salud mental y también para sus seres queridos. Es especialista intencional certificado en pares y también forma parte del Comité Asesor de Salud Mental del Estado de Nebraska. A Brad se le diagnosticó Trastorno Bipolar I en 1995. Una de las pasiones de Brad es capacitar a sus compañeros para que vivan una vida plena y abundante a pesar del desafío de la salud mental. El blog de Brad es “¡Vivir Bien!”. Es el autor de “Fresh Hope: Vivir Bien a Pesar de un Diagnóstico de Salud Mental”. Tiene una licenciatura en comunicaciones y una maestría en divinidad. Brad ha estado casado con su esposa Donna desde 1979. Tienen dos hijos adultos casados ¡y les encanta ser abuelos de los nietos”. Es el pastor de la Comunidad de la Gracia en Elkhorn, Nebraska. También ayudó a crear un sitio web llamado What I Did to Recover (Lo que hice para recuperarme), que alienta y capacita a quienes tienen un diagnóstico de salud mental para vivir bien a pesar de sus luchas por la salud mental.



Fresh Hope es una organización sin fines de lucro basada en la fe que permite a las personas vivir bien a pesar de su reto de salud mental.

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