"3 Indicadores de Recuperación" Por Samantha Karraá
En
medio de lidiar con los síntomas de las enfermedades mentales, es fácil
confundirse sobre que tan bien lo estamos haciendo. Nuestros estados de ánimo
pueden variar, y algunos días nos sentiremos mejor que otros. Con el paso de
los años, he descubierto que estos tres son indicadores de que tan bien lo
estoy haciendo. También me dan una visión de cómo se ve la recuperación y me
ayudan a volver a encarrilarme cuando lo necesito. Finalmente, me ayudan a
comunicarme con mi médico cuando evaluamos mi proceso de recuperación.
Cuando
me mantengo firme en el proceso de recuperación he notado que...
1.
Mi tanque de esperanza está lleno
Mis
sentimientos pueden variar, pero la fuente de mi esperanza está en el Señor y
en lo que hizo por mí en la cruz. Él es la roca en la que estoy parada. Me dio
muchas promesas, como la de Romanos 8:28, para que sepa que no importa lo que este
enfrentando, Él usará todas las cosas juntas para mi bien de acuerdo con Su
propósito. Esta promesa garantiza un resultado, y es que cualquier cosa que
pase, incluso esta enfermedad, en las manos de Dios será usada para mi bien y
para Su gloria. La esperanza que el Señor da no es un “deseo”, sino una
certeza. Como dice el pastor Brad, es como saber el puntaje final de un partido
¡antes de que el partido comience! La esperanza en Jesús es segura y siempre
firme (Hebreos 6:19).
2.
Mi identidad no está ligada a mi enfermedad
No
dejo que la descripción de la enfermedad o los síntomas dicten mis sentimientos
o comportamientos. No me veo a mi misma usando una etiqueta en mi frente que
diga “trastorno bipolar”. No digo “soy bipolar”, sino “me han diagnosticado
trastorno bipolar”. No dejo que los síntomas me definan. Mi identidad está en
quien el Señor dice que soy. ¡Y Él dice que soy Su hija! “¡Miren qué gran amor
nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios!” ¡Y eso es
lo que somos! (1 Juan 3:1) ¡Y dice que soy Su amiga! “...en cambio, los he
llamado amigos...” (Juan 15:15). Soy una esposa. Una madre. Una hija.
Una hermana y una sierva del Señor.
3.
Me veo a mí misma manejando mi desorden en lugar de que éste me gobierne
La
enfermedad no es el centro de mi vida ni tampoco la gobierna. Tengo un plan de
bienestar en acción. Mantengo mi responsabilidad ante mi equipo de
recuperación. No dudo en pedir ayuda cuando la necesito. Asisto a las citas con
mis médicos. Tomo los medicamentos según lo prescrito. Asisto a mi grupo de
apoyo de Fresh Hope. No soy una víctima de mi enfermedad. No espero impotente a
que los medicamentos hagan magia, sino que me estoy esforzando y tomando un
papel activo en mi proceso de recuperación.
¿Y
qué hay de ti? ¿Cómo te va en estas 3 áreas? ¿Qué otros parámetros utilizas
para evaluar tu bienestar?
Fresh Hope es una organización sin fines de lucro basada en la fe que permite a las personas vivir bien a pesar de su reto de salud mental.
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