20 años de Depresión (Por Mark Altrogge, The Blazing Center)
Post Original:
https://theblazingcenter.com/2011/04/20-years-of-depression.html
La semana pasada, Stephen hizo dos artículos acerca de la depresión y de la ansiedad. Mi esposa Kristi me dijo que yo podía escribir acerca de sus experiencias con la esperanza de que algunos pudieran ser animados.
Hace 20 años, mi esposa Kristi se levantó en la mañana con un rápido latir del corazón y ansiedad intensa.
Fuimos a emergencias, a donde le hicieron todo tipo de exámenes para tratar de determinar la causa de su latido anormal, el cual estaba entre 140-160 latidos por minuto (60-90 es lo normal). No encontraron nada y para cuando nos fuimos un par de horas más tarde ella estaba de regreso a la normalidad, aunque se acordaba que algunos días antes había sentido sensaciones extrañas en su cabeza.
Un par de días más tarde, sucedió otra vez mientras estaba jugando un juego con los niños. Su intensa ansiedad continuó por semanas. Este fue un tiempo horrible para Kristi. Lloraba constantemente sin razón alguna. Mi dulce esposa, quien normalmente era alegre y animada, se sentaba ahí con una expresión de desesperanza en su rostro. Sus ojos se miraban oscuros y vacíos para mi. No podía estar alrededor de las personas. Estaba completamente incapacitada. Estaba sufriendo un dolor que yo no podía comprender.
Yo no sabía lo que estaba sucediendo. Pensé que era un ataque demoníaco. Ayudé y oré y reprendí al enemigo. Pensé que de alguna forma debía ser mi culpa, que yo no estaba liderando y cuidando de mi esposa de alguna forma. Pensé que talvez tendría que dejar de ser pastor.
Eventualmente después de visitar varios médicos Kristi fue diagnosticada con un trastorno depresivo inicialmente manifestado con ansiedad. Comenzó a tomar medicamentos y como 6 semanas más tarde se comenzó a sentir mejor y a poder cuidar de los niños y la casa de nuevo. Encontrar la medicina correcta fue la misericordia de Dios para nosotros en aquel momento, aunque esta no sería la última lucha de Kristi con la depresión y la ansiedad.
Tristemente, muchos Cristianos bien intencionados no fueron de mucha ayuda en los meses y años siguientes. A menudo asumían que la depresión de Kristi era causada por el pecado y que tomar medicamentos representaba una falta de fe. Una esposa de un pastor le dijo, "Yo sé que el Señor nunca me llevaría a tomar medicamentos". Nosotros esperamos que nunca tuviera que experimentar el azote de la depresión.
La Depresión y la Ansiedad son complicadas.
La depresión y ansiedad causadas físicamente son diferentes a la depresión espiritual y la ansiedad basada en el temor aunque a veces se pueden mezclar, lo cual lo hace bien difícil poder diferenciar y cuidar de las personas. En 30 años de ser pastor he conocido a personas que regularmente ceden ante la incredulidad y los pensamientos negativos que no se deprimen clínicamente, y otros que confían en Dios y escudriñan sus corazones que experimentan depresión clínica.
Yo puedo decir, "Dios hace que todas las cosas obren para bien para aquellos que le amen" a una mujer, y cuando ella está tomando su medicamento ella responde en fe, y sin embargo cuando no está tomando su medicamento ella escucha el mismo versículo y dice, "Entonces quizás yo no amo a Dios".
La medicación puede ser una maravillosa misericordia de Dios. En nuestra cultura muchos son muy prontos para tomar medicamento, pero cuando alguien está sufriendo la furia de una depresión, ¿quién no quisiera alivio? No es pecado ni incredulidad tomar medicamento. Nunca le diríamos a alguien con diabetes que es pecado tomar medicina.
Sin embargo, tal como me lo dijo un experimentado médico Cristiano, los medicamentos nunca deben tomar el lugar de la santificación. Aún cuando alguien toma medicamento debe continuar de hacer el trabajo en el corazón, buscar confiar y pensar pensamientos correctos acerca de Dios.
Las personas físicamente deprimidas/ansiosas no quieren ser así. Están sufriendo. Están en dolor. Si Kristi pudo haber escapado de él simplemente cambiando sus pensamientos, lo hubiera hecho. En 20 años de batallar con la depresión y la ansiedad, Kristi ha consistentemente examinado su corazón, buscado al Señor, ejercitado la fe, y con gracia ha soportado ser malentendida por muchos.
Cuida a aquellos que sufren depresión severa. Se lento para hablar, pronto para escuchar. Ora por ellos. Sea paciente con ellos. Sea amigo para ellos. Una persona que conocí iba a caminar todos los días con su vecino deprimido. Espero que yo pueda ser ese tipo de amigo.
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