Una oración de peso eterno: Juan 17 Por: Silvia Cardona Sicard
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Esta oración la hizo Jesús en vísperas de morir. Una oración que, aunque fue pronunciada hace más de dos mil años, sigue teniendo el mismo peso y poder hoy. Era el momento previo para cargar con la cruz que sellaría nuestro destino. Lo primero que hace es orar por sí mismo . Reconoce que “la hora ha llegado” y que ha cumplido la obra que le fue encomendada: dar vida eterna. Con la satisfacción de haber obedecido hasta el final, se abandona en las manos de su Padre y pide que, a través de su sacrificio, tanto Él como el Padre sean glorificados. Lo segundo es que ora por sus discípulos , aquellos que el Padre le entregó y que recibieron y creyeron en sus palabras. Clama por su protección en medio de un mundo difícil y real. Jesús no pide que sean sacados de él, sino que sean guardados y apartados por la verdad eterna de la Palabra. Sabe que ellos deben permanecer, porque de lo contrario, ¿quién seguiría con la misión? Finalmente, ora por todos los futuros creyentes: por ti y por mí. Jesú...